miércoles, 31 de marzo de 2010

Sin novedad en el frente

Esta vez, jugamos con mas ventaja. Mimi sigue siendo pediatra.Pero la clave es que Andoni nos enseñó a superar las ansiedades que padecen los padres con el primer hijo/a. Sabíamos que estaríamos cansados porque por la noche seguirían comiendo cada dos o tres horas, y necesitando pañales con frecuencia. No nos preocuparía los ruiditos que hagan ni nos preguntaríamos con mas o menos frecuencia si esto o eso es normal.

El hecho de que sean dos bebes en lugar de uno solo aumenta la intensidad de todo y nos deja menos tiempo para otras cosas, entre ellas, dormir. Mis queridos lectores, van a disculparme entonces si actualizo con menos frecuencia el blog hasta que esté acostumbrado al nuevo ritmo.

Mientras tanto, les dejo con la tranquilidad de que estamos en guerra, pero sin novedad en el frente...

jueves, 25 de marzo de 2010

Se formó la estrella fugaz

Siete de la mañana, Mimi y yo ya estamos en el hospital. Andoni nació en Miami Beach, pero como ahora tocaban mellizas, fuimos al hospital con la mejor unidad de cuidados intensivos para bebes, que está en Miami.

En menos de una hora, Mimi estaba entubada y lista para tomar la medicación que aceleraría y aumentaría la intensidad de las contracciones. Estaba preciosa. La madre, fuerte y valiente, dispuesta a todo por traer las niñas a este mundo. La quiero tanto como la admiro.

Pasamos el tiempo leyendo, charlando, y entretenidos con el divertido juego Wine Wars, regalo de cumple de Eroica y Mariano, parte del tiempo con sus padres.

Las dos de la tarde, las contracciones comenzaron a doler de veras, y le pusieron la epidural. Tan incómoda había estado como contenta quedó en veinte minutos.

Las cuatro y media, llegó el momento de dar a luz. Nos trasladaron a un quirófano por si había complicaciones, y rodeados de 13 profesionales, Mimi lo dió todo y salieron las bebes, sanas y salvas. Todo natural oiga, sin cesáreas. Maite Itxaso (amor del mar) se iba a llamar una, y Elena Cristina (el nombre de la hermana de Mimi) la otra. Pero hoy era el cumpleaños de mi abuela Encarnación, que en paz descanse. Cuando ella nació, todavía se les ponía a los niños el nombre del santo o la virgen que celebrara el calendario. En honor de su memoria, cambiamos Itxaso por Encarnación. Tanto las niñas como la mama están fenomenal. Gracias a todos por vuestros detalles.

Mimi es como una fuente rebosante de felicidad. ¿Por qué no darán medallas a las madres? La alistaré a mi propio ejército y le daré sus merecidas condecoraciones.

miércoles, 24 de marzo de 2010

¡Zafarrancho de Combate!

Mañana a las siete de la mañana tenemos cita en el hospital para que Mimi sea administrada unas hormonas que estimularán las contracciones y adelantarán el nacimiento de las niñas en condiciones controladas.

Ya les contaré como sale todo. Me siento como si estuviera a punto de ir a la batalla. Como decían los Tercios de Flandes antes y durante la batalla: ¡Santiago y Cierra España!

lunes, 22 de marzo de 2010

El tiesto volador

Como contaba el otro día, crecí frente a Jefatura Superior de Policía, en Bilbao. Comenté en otra ocasión que mi experiencia con la madera ha sido significativamente mas positiva que con los picolos.

Era la época de la desintegración del GAL, y el bar pegado al portal de mi casa era frecuentado por Amedo y otros mandos de la policía. Le conocí el verano que le llevaron a la carcel, me invitó a un batido de fresa, porque como mi familia, se llevaba bien con el dueño del bar, Teo. Conocía de vista a la mayoría de los mandos por aquellas fechas, y en el verano del 92 me había quedado solito en casa una semana.

Como es de esperar, llamé a la cuadrilla para jugar un kinito a las dos de la tarde, a tequila y un licor de naranja que pasé muchos años sin probar. Cinco de la tarde, borrachos como cubas bailando Guns N´Roses. Claro, hacía calor en casa, terminamos en calzoncillos gritando y dando saltos en la terraza de mi casa. Enfrente, asombrados oficinistas y oficiales de policía nos debían de observar desde las ventanas de jefatura pensando que éramos unos colgados. De repente, se me cruzó la vena, y no se me ocurrió otra cosa que coger un tiesto y tirarlo a la acera de enfrente, me imagino que la frustración con los vecinos. Me agacho, y entro a casa corriendo pensando que nadie me habría visto.

A los 5 minutos, salimos a bailar otra vez, y veo que están las ventanas llenas de rostros, y un tipo muy serio gesticulando y diciendo algo a gritos, señalando a un teléfono que tenía en la mano. Quería que llamara a la policía. Les llamo, y me preguntan muy serios que cual es nuestra puerta, porque han llamado a todas y la que creen que es la nuestra por la música, no abren. Le digo cual es la puerta, y suena el timbre de bajo. Suben dos inspectores de policía. De repente, se me pasa la borrachera, grito a la cuadrilla que se vistan todos, escondan el alcohol, y que se hagan los sobrios, porque nos iban a meter un buen puro.

Llaman a la puerta, y entran dos inspectores muy serios, vestidos de paisano. Le preguntan a Igor que si nos hemos metido farlopa, y le contesta que no, que nosotros a lo tradicional oiga, con alcohol. Vuelven a llamar a la puerta, y no es otro que mi amigo David, que había llegado tarde a la fiesta, con una botella de ron en la mano. Ve a los inspectores, piensa que uno de ellos es mi padre y que nos han pillado infraganti, y le ofrece la botella de ron a los maderos.

En ese momento, uno de ellos me reconoce como el chaval que suele ir al bar de Teo y que su padre es capitán de la marina mercante. Había una foto de mi padre vestido de oficial en el salón. Me dice que tengamos cuidado. Que si hacemos una tontería así otra vez, cualquier madero novato que esté de guardia (uso sus propias palabras) lo mismo nos suelta una ráfaga con la metralleta. Me da unas palmaditas, borrón y cuenta nueva. Nos deja hasta que nos saquemos una foto con él y su compañero.

Cuando se fueron, me di cuenta de dos cosas entonces y una mas tarde. Primero, que fui un gilipollas por hacer lo que hice. Segundo, que me salvé de un buen puro tanto con la ley como con mis padres. Un par de años después, tras conocer a los picolos de Laga, me dí cuenta que me caían mejor los maderos. A los hechos me refiero.

Viaje en el Tiempo (I)

La ardiente arena

de alguna playa alejada

dos cuerpos se aprietan

sin que les separe nada

el pelo despeinado

su cabeza arrullada

una piel morena y tensa

una piel suave y blanca

dos manos inseparables

en la noche se entrelazan

y dos bocas que se veben

sin ver su sed saciada

dos ojos que se reflejan

solo el mundo que abrazan

un mundo de amor y cariño

el mundo de sus dos almas


Laga, 1992

Adios a la publicidad

Inicialmente, me pareció atractivo, es lo que tiene el dinero, a veces tan sensual. Puse enlaces de publicidad en mi blog. Sin embargo, leyendo "Colineta", he cambiado de opinión. Como el vitoriano, no tengo nada en contra de la publicidad. Sin embargo, es como las moscas en verano. Están ahí, molestando. No se van. Solo distraen de vez en cuando, pero uno estaría mejor sin ellas.

Seamos honestos, bastantes horas trabajo cada semana ganándome el pan, para tener monetizar el placer de escribir. ¿Será igual que no gano lo suficiente en anuncios? Como no es el caso, puedo decir con certeza que es una cuestión de principios. Gracias, pero no gracias.

No juzgo a quien prefiera tener anuncios en su blog, pero no se preocupe que usted no verá moscas en mi blog, porque he echado una lata de RAID, y las mata bien muertas!!
(les prometo que no es un anuncio subliminal...)

domingo, 21 de marzo de 2010

¿La ultima cena?

Eso le comentaba ayer a Unai, mientras cocinábamos en su casa. Durante una temporada, no creo que salgamos a cenar, y si lo hacemos, seremos tres, no cinco.

Nos sorprendió ayer con una crema de marisco (larga vida a la Thermomix), seguida por un bacalao fresco a la koskera. Comenzamos con la creación de la velada, sorbete de endivia. Básicamente, preparamos la endivia con aceite, limón y sal, pero luego la licuamos, y añadimos unas especias mas. A él y a mi, nos gustan las endivias, nos encantó, a las chicas, no tanto. La próxima vez usaremos endivias mas pequeñas, que suelen ser mas jugosas y menos amargas. Como sugirió Unai, sirviendo menos cantidad, con un poquito de espuma por encima, y entre platos. La crema quedó simplemente espectacular.

Es curioso lo bueno que está el bacalao fresco. Y no es que el bacalao salado no esa rico, pero ayer le quedó espectacular. Aproveché yo para comprar en Delicias de España un par de lomos del mismo pescado fresco, pero con piel, para hacerlo hoy al pil-pil. Si siguen el enlace, leerán la interesante historia del plato de mano del cocinero de Vitoria. Yo por cierto, soy de los de la piel para abajo, aunque en parte es porque el bacalao salado que conseguía antes no era tan bueno como el de ahora.

Tenemos unos vecinos que tienen gemelas de dos años, y nos han dado un galeón de cosas. Como el, que es americano, vivió un año en Bilbao en tercero de Instituto, le fascina la gastronomía vasca. Me comentaba el otro día lo mucho que echa en falta las navajas. Es signo de ser buen nacido, el ser agradecido. Así que como ayer vi navajas en Delicias de España, les hemos invitado a comer hoy, y las prepararé a la plancha como primero, seguidas de bacalao al pil-pil como segundo. Como la mujer no se si come mucho pescado, compré también una empanada gallega, que la hacen bastante decente, y haremos una ensalada tradicional de lechuga y tomate, mas espárragos, huevo cocido, y pimientos de piquillo, claro está.

Debe de ser que yo soy piscis, lo digo, por lo de que el pez por la boca muere...

sábado, 20 de marzo de 2010

La nueva estrella

Mimi, nuestro retoño y yo formamos las tres esquinas de un triángulo. A veces funcionamos al unísono, a veces una esquina desequilibra las otras dos.

En una semana, tendremos dos retoños mas.
Formaremos una estrella.

Veo una pequeña constelación cuando pienso en el resto de mi familia. Y la semana seremos la estrella fugaz...

jueves, 18 de marzo de 2010

Viaje en el Tiempo

Organizando nuestro cuarto encontré un cuaderno en el que escribía poemas y prosa poética cuando todavía iba al instituto. Cuando lo leí, me llamó la atención la pasión con la que escribía, y me recordó la época de mi vida en la que por vez primera, saboreé el amargo trago del exilio.

Entre lods dieciséis y dicinueve años me lo pasé muy bien, pero no estudié mucho. Pasé año y medio interno en Veguellina de Órbigo, León, y otro año y medio en el Instituto Ataulfo Argenta, en Castro-Urdiales, Cantabria. Fue cuando por primera vez experimenté vivir mes tras mes, año tras año, fuera de Bilbao. Honestamente, no me gustó la experiencia. La literatura se convirtió en una avenida de mi escapismo, sobre todo en Veguellina, donde el contraste con mis nuevos compañeros de colegio y de instituto era mas evidente.

He decidido compatir un el futuro un par de creaciones con ustedes, estimados lectores, porque aprendiendo sobre el pasado, uno siempre está mas preparado para el futuro...
Una de las cosas que mas eché de menos en León fue el mar:

"La luna, huye del firmamento dejando al sol, lágrimas de amor en el rocio, en la arena, adormecida por la luz de las estrellas y despertada por la pleamar. Las olas, en un gorgoteo rítmico, pequeñas e indefensas de lejos, grandes y temibles de cerca, atraviesan la neblina, surgiendo del insondable abismo negro.
Como un castigo eterno, la noche llora de amor y dolor, al ser desgarrada por los rayos del amanecer. El manto blanco y blando, pero impenetrable, se eleva de por entre las rocas, testigos de su propia destrucción. El agua, la esencia material mas maleable de la tierra, va arrancando el corazón a la misma, descansando en la orilla cristalina, dulce como una fémina.
La bahía, se llena poco a poco de sonidos de aves, que, insensibles al instante, vuelan sin tiempo, como los poetas, sin miedo al pensamiento, se dejan llevar libres, jugando con el viento eterno.
Y, mientras tanto... la gran bola de fuego...
se va elevando... poco a poco...
buscando... el firmamento..."
Veguellina de Órbigo, Octubre, 1990.

martes, 16 de marzo de 2010

Efímera felicidad

Jabi Hiruretagoyena, un amigo del colegio, mandó a los vizcaínos viviendo en el extranjero el video de Bizkaia Dubidubi. Una ruta de lugares representativos de Vizcaya, donde unos hacen que bailan al ritmo de una versión cantada de un poema de Tagore. Un Where is Matt? vizcaíno.

A Mimi no le gusta el video porque dice que no saben bailar. Claro, solo conoce un par de sitios. Yo en cuatro minutos me ahogo en cientos de recuerdos y me emociono irreparablemente. Es como cada vez que voy en coche por la autopista de Burgos, y al cruzar a Bizkaia veo el "Ongi Etorri - Bien Venido". Siento como si me arroparan en una sábana de seda tejida de felicidad. Siento que estoy visitando a un entrañable amigo al que echo mucho de menos, y no lo veo tanto como quiero. Curiosamente con un cartel de esos comienza el video Biskaia Dubidubi.

Repasemos un par de escenas: UPV (fiestas de la universidad con la cuadrilla, medio año sabático estudiando psicología en Donosti entre kinito y kinito). La Grua Karola, sobreviviente de los Astilleros Euskalduna (los pasábamos en El Segre, el barco de mi padre, cuando veníamos de Canarias, excursión del colegio, antes de las batallas del puente de Deusto, que impidió muchas veces cruzar la ría). Altos Hornos de Vizcaya, (Impresionantes siempre, encendidos día y noche, excursiones varias del colegio, que calor! jamás presencié condiciones tan duras de trabajo, que humareda soltaban todo el día y toda la noche). Elantxobe (Madalenas, las mejores fiestas a las que he asistido en mi vida, perdí hasta la camiseta, literalmente, y el pueblo, idílico). Puente de San Antón (cruzado cientos de veces al ir o venir del Casco Viejo y querer atajar en una dirección o en otra, para ir al rastro, o mejor aún, al Mercado de La Ribera, a comprar pescado fresco fresco fresco). Petronor (luces que veíamos desde el Segre cuando alterábamos el rumbo para fondear frente al puerto de Bilbao, o al ir o venir de Castro a ver a mis abuelos, o a veranear en Oriñón, o a hacer surf en la playa de La Arena). Se suceden las escenas y las memorias se hacen cada vez mas antiguas y entrañables.

¿Por qué son duraderos e intensos los recuerdos de la infancia y de la juventud? ¿por qué nos marcan tanto? Será que cuando somos niños, nuestra única preocupación es hacer lo que nos haga feliz, y nos acordamos. Será que cuando somos jóvenes, nuestras únicas preocupaciones son hacer lo que nos haga feliz, los amigos, estudiar, y nos acordamos. Será que cuando nos hacemos mayores, tenemos muchas preocupaciones, la familia, los amigos, el trabajo, la casa, el coche, los hijos, ah, y de ser feliz, casi nos olvidamos... ¿o es que la felicidad se vuelve mas efímera?

Allá donde he vivido siempre le he sacado todo el jugo a la vida. Y sin embargo, si quisiera esconder en baules los momentos felices que he vivido en cada sitio, jamás podré levantar ese que se llama Vizcaya.

lunes, 15 de marzo de 2010

Feliz Cumple Mi Senador

Hoy cumple Mi Senador los años que cumplí yo el Sábado. Nacimos separados por tres días y 1,800 kilómetros. Sin embargo, pronto fuimos compañeros de cuna y de bañera. Jugábamos juntos, tres años después, cuando nacía mi hermana. Pasábamos parte de las vacaciones jugando en su casa o en la mía de Sanabria, o en Madrid o Bilbao o incluso, como no, Oriñón. No siempre fuimos dos, de hecho, en Sanabria, éramos siempre tres.

Nuestras familias cuando llegamos a los 12 años, comenzaron a separarse irreparablemente como grandes placas continentales, arrastrando todo con ellas. Nosotros nos plantamos, y seguramente, la idea fue de él, y les dijimos que formaríamos nuestro propio estado independiente, en el cual, no se habla de temas familiares, si no de sus cosas y las mías. Como bien decía en su día Mi Senador, muchos no daban una peseta por nuestra amistad. Y 24 años después, tras muchas fiestas, amistades ganadas y perdidas, algunas novias, y unas cuantas copas, seguimos separados por tres días y 7,200 km, pero igual mas amigos de lo que éramos cuando los dos vivíamos en la misma ciudad.

En retrospectiva, ambos debemos de compartir buen carácter, ser pragmáticos, y apreciativos de nuestras diferencias. Mas allá de los vínculos de sangre, los amigos son la familia que uno escoge. Feliz cumpleaños, Happy Birthday, Zorionak!

Izando en lugar de soplando velas

Amanecimos en el barco, fuimos a comprar un par de cosas y llegaron los amigos que habíamos invitado a desayunar. Vinieron Unai, Pilar y Ane. Eroica vino con su marido, y también nos acompañó nuestro entrañable Leo. David y Maura llegaron con unos amigos turcos que viven en Nueva York. Los bagels con salmón y queso Philadelphia, fueron servidos con mimosas. Pero como cada uno tira para su tierra, Eroica trajo facturas, media lunas con dulce de leche y otras delicias de Manolos. David nos alegró la mañana con un fresquito gazpacho. Luego servimos unas frutas varias, y después de que llegara mi amigo Ricardo, nos despedimos de Unai, Pilar y Ane, y zarpamos sin prisa pero sin pausa.

Hacía un día estupendo, y con bastante viento. Izamos una sola vela, y navegamos por la bahía. No nos olvidamos de Champagne, ni de la cerveza europea o la de frambuesa, mientras desayunábamos e íbamos picando entre ola y ola. Andoni fue el primero en caer dormido, pero uno a uno, 0 de dos en dos, la mayoría se echaron una buena siesta. Esto de perder una hora con el cambio horario requiere recuperarse.

Pasadas un par de horas navegando, volvimos al muelle, y nos quedamos un rato mas charlando y disfrutando de la buena compañía. Andoni se despertó, nos despedimos de todos, y vinimos a casa. Delicioso el corte de carné que nos regaló David y que preparó Mimi. Tras contarle cuentos a Andoni y ponerle a dormir, probamos el Juego de Wine Wars que nos regalaron Eroica y Mariano. Fascinante, ya les iré diciendo quien gana...

Bueno, a descansar, que con el lunes comienza la semana, y como dice mi amigo Ricardo, "tengo mas trabajo que el plomero del Titanic"....

domingo, 14 de marzo de 2010

Soplando en lugar de izando velas

Disfruté de mi cumpleaños. Felicitaciones en persona, teléfono, e-mail y facebook. Mimi me concedió mi deseo, y fuimos a pasar un día entero en el barco. He estado tan liado, que ni he terminado varios proyectos que tengo a medio culminar desde hace meses. Comimos en casa, y por la tarde, terminé un par de ellos en el barco, hacía una día fantástico para estar al aire libre, en camiseta y pantalón corto.

Para cenar, mi retoño y yo preparamos una pizza de lomo de cordero, rodajas de tomate, dos quesos diferentes, higos, albaca fresca, y setas shiitake. Tras condimentar las pizzas, las cocinamos en la parrilla, y las disfrutamos con un Roda I 1999. Bueno, el vino basicamente lo disfruté yo, porque ni el retoño a su edad, ni Mimi con gemelas a punto de nacer, estaban por beberlo...

Tras el postre, fuegos artificiales (sobras de noche vieja) que fascinan a Andoni tanto como el chocolate negro (ha salido a su aita). Luego, a dormir mecidos por el mar, murmullo de agua acariciando el casco...

lunes, 8 de marzo de 2010

Los trenes en los EEUU - R.I.P.

El domingo fuimos a ver una atracción de trenes Mimi, el retoño y yo. Le encantan los cuentos y las series animadas de Tomás el Tren, y tenían un día dedicado a esa serie en el museo de trenes de Miami. Cuando llegamos, resultó que lo único que había era una máquina de tren como la de Tomas, que llevaba los vagones que hay allí normalmente. Te subías, y te daba una vuelta de 10 minutos. Hay vagones de todo tipo, de cuando los trenes dominaban el transporte en este país. Hoy, yacen medio abandonados, pudriéndose bajo múltiples capas de pintura.

Cuando terminamos, la tienda adyacente con juguetes de Tomás era mas grande que cualquier otro área de la atracción. Me puse a observar los trenes y vagones del museo, y me di cuenta de que así como en Europa el tren es una apuesta de futuro, aquí es una apuesta del pasado.

Por ejemplo, tengo que ir California a una reunión de trabajo el mes que viene. Como viajar en tren produce 50kg de Co2 por cada 1,000 millas, y el avión produce 512kg, pensé que ir en tren sería mas responsable. Siempre puedo trabajar por el camino y usar una tarjeta 3G. Si el avión tarda seis horas en hacer las 2,500 millas, el tren tarda 5 días. Tras recorrer la costa Este me llevaría un tren a Washington, otro a Chicago, y el último a San Francisco. En Europa, la distancia equivalente se haría en unos dos días.

El tren permitió que los EEUU se expandieran, pero por razones que desconozco, fueron sustituidos este siglo por el coche y los aviones. No entiendo de estrategia militar, pero si he leído que fomentando las aerolíneas, se pretendía mantener estable la industria aerospacial, y sus avances en el sector de la defensa. También leí que las primeras autopistas que cruzaron el país lo hicieron con la idea de facilitar la movilidad de las tropas ante un posible ataque nuclear. Pero que cada uno saque sus conclusiones, o mejor aún, que comparta sus opiniones. Lo que si considero, es que en este país, el tren solo busca un pasajero, y es el que le escriba el epitafio.

domingo, 7 de marzo de 2010

Vecinos de los maderos

Es dura a veces la convivencia con un vecino. Crecí frente a jefatura de policía de Bilbao, y la verdad es que me acabó cansando. Me hubiera ocurrido igual si hubiera sido la jefatura de la ertzaintza, o el Corte Inglés.

Primero, cada mañana, cuando levantaba la persiana, lo primero que veía era la bandera de España ondeando a la altura de mi balcón, a 25 metros escasos de mi ventana. Me imagino que hubiera sido el sueño de un facha. Por mi, podría haber sido la ikurriña, y me hubiera cansando igual. 20 años viendo los mismos colores todas las mañanas, dejando política a parte, la verdad es que se hace pesado. Y el que no esté de acuerdo pero no lo haya vivido, que haga el experimento y que luego me cuente. Me hubiera pasado lo mismo con la ikurriña o una bandera del Athletic de Bilbao.

Había maderos en cada esquina 24 horas al día, con el chaleco antibalas y la metralleta colgando. Por la noche, me depertaban sus cambios de guardia, los gritos que daban, o el graciosillo que se ponía a silvar a las dos de la mañana. Vente y dile algo…

Nunca podíamos aparcar enfrente de casa, lo hacían con razón, para evitar coches bombas, y era un coñazo ir a pedirles permiso para descargar el coche cada vez que veníamos de un viaje largo. Los guardan pertenecían a distintas formaciones que iban rotando varias veces al año, y cada grupo tenía su propio pañuelo. Cuando había pañuelo nuevo, había que avisarles, o te venían corriendo con la metralleta lista para re-decorar la carrocería del coche.

Por otro lado, siempre era consciente de las distintas maneras en las que podría morir:

- Volviendo de Escolapios, pasaría cerca de uno de los guardias, y algún etarra de mierda le daría por cargárselo en ese momento, y uno de los tiros, el de la cabeza o los dos al pecho, me podrían matar a mi. Con lo cual, siempre evitaba la acera de jefatura, y solo iba por la mía.

- Entrando o saliendo del portal, que estallase una bomba enfrente de jefatura, y adiós buenas noches. No había manera de evitarlo.

- Que un día corriendo a casa, o haciendo ruido en el balcón, un madero nervioso soltara una ráfaga con la metralleta. Con lo cual, casi nunca corría en frente del portal de mi casa, y nunca hacía cosas sospechosas en los balcones. Bueno, nunca nunca… luego contaré la excepción.

La ventaja era que el barrio de Indautxu, quizás porque era una buena zona, o por jefatura, era muy tranquilo y jamás experimenté ningún atraco, robo, etc… Por otro lado, durante unos años, no llevé carnet de identidad, y siempre que bebía de mas (mas habitual de lo usual, creo yo), recordaba que si me paraba un control, se verían forzados a llevarme a jefatura para comprobar mi identidad, y me ahorrarían el camino a casa. Nunca sucedió…

En fin, cada vez que vuelvo al piso de Bilbao, y veo la bandera y la azotea de jefatura, pienso en lo difícil que es a veces vivir con los vecinos, y es cuando realmente aprecio la vista de mi piso de South Beach, donde veo la bahía, y no hay edificios enfrente!

viernes, 5 de marzo de 2010

Putos Vascos

Lo de Laga. Era el verano del 94, y trabajaba yo de socorrista en esa playa vizcaína. Como era el único de Bilbao, y lo demás eran de Gernika o cercanías, a veces me quedaba a dormir en el cuarto de la rulot del puesto de socorro.

Eran las dos de la mañana, y estaba durmiendo con las olas rompiendo en la marea alta como fondo. De repente, me despiertan unos golpes en la puerta del puesto. Unos borrachos, pensé. Solo hay un caserío al otro lado de la ria, por lo demás, yo soy el único que duerme en varios kilómetros a la redonda.

Borrachos eran los que aporreaban las puertas, pero llevaban uniforme. Dos picoletos (Guardias Civiles), que se habían tomado la última ronda de aguardiente en el bar de la playa que habían cerrado hacía unos minutos. A gritos, pistola en mano, deslumbrándome con sus linternas, me hacen bajar del puesto, y me ponen contra la pared. Uno, que apestando a alcohol, me coloca el cañón de una pistola en mi sien izquierda, y la amartilla. Mientras tanto, el otro me cachea, pese a que estoy en bañador. Igual decepcionados de que no sea una gran amenaza, me preguntan que si hay armas o equipamiento para hacer bombas en el puesto de socorro. Me rio ante lo incongruente de la pregunta y la situación. Hostiazo en las costillas. Ya no me rio. Me esposan a las escaleras del puesto, entran y lo ponen todo patas arriba, la camilla, los botiquines de emergencia, mis cosas.

Cuando salen sin encontrar nada, cabreados, me quitan las esposas, y me piden el carnet de identidad. Aunque sospechaba lo que iba a pasar, no estaban para bromas, así voy a por la cartera, y doy el DNI al que no me había puesto la pistola en la cabeza. Me dobla dos esquinas el cabrón. La próxima vez que me pidan la documentación en un control antiterrorismo, verán que tengo las esquinas dobladas, lo que para ellos quiere decir que me han detenido dos veces sin poder acusarme de nada. Es decir, que seguramente soy un borroka. Con lo cual, me doblarán otra esquina, y me encerrarán en prisión preventiva para interrogarme. Mientras se alejan, uno de ellos dice con acento Andaluz; Putos Vascos...

Cuando se fueron, entré en el puesto a por una botella de alcohol de desinfectar y una revista. Puse la revista en la arena, la moje con el alcohol, tiré el carnet encima, y lo quemé, para luego no tener problemas. Tardé varios años en volver a sacarlo. Mi raciocinio era simple, si me detenían en el casco viejo porque igual había movida, sin carnet, era obligatorio que te llevaran a comisaría de policía, que está enfrente de mi casa. Muy conveniente, cuando uno está borracho, se ahorra el pateo a casa, y la madera no da tantas hostias como los picoletos. Otro día contaré un interesante encontronazo que tuvimos mi cuadrilla con ellos. Otro día.

El Faro de Colón (Fin)

Tras enviar el artículo anterior, me acerco a mi puerta de embarque. Me espera otro control de seguridad. Miran de nuevo mi equipaje de cabina, y una mujer, no un hombre, me cachea. Me recuerda a cuando los pikolos asaltaron mi puesto de socorro en Laga. Bueno, esa es una larga historia, si me acuerdo, la contaré otro día.

Subo al avión, y según despega, gira hacia el oeste y sobre vuela toda la isla. Me sorprende la cantidad de follaje que tiene, hasta que llegamos a la zona montañosa que separa Santo Domingo de Haití, y de repente, se convierte en una zona semidesértica. Recuerdo el otro libro que me regaló Mi Senador, "Collapse, how societies choose to fall or succeed", de Jared Diamond. En él, hay un capítulo donde se explica como parte del colapso de la sociedad haitiana cuando se compara con Santo Domingo, es el hecho de que los primeros deforestaron completamente su lado de la isla, y los segundos no. Esto trajo una serie de consecuencias, entre ellas, la erosión del suelo.

Llego a Miami, paso por aduanas, espero una hora a que salga la maleta, y a casa a desayunar con la familia. Hasta me han comprado el cruasán y la napolitana de chocolate. Me sumerjo en el placer de estar con mi segunda familia, no por importancia, si no porque de la primera siempre fui parte, la segunda la cree yo con Mimi.

miércoles, 3 de marzo de 2010

El Faro de Colón (V)

Costó mucho madrugar, porque como ayer era el día de la independencia, los fuegos artificiales y la fiesta se sintió hasta la madrugada, así que no dormí mas que un par de horas. En unas horas, veré a Mimi y a mi retoño. Luis, muy amable, me trajo algo de picar para desayunar a la puerta del hotel. El poco tiempo que he estado en esta isla y lo mucho que me ha gustado su gente. De camino al aeropuerto, pasamos por el Faro de Colón.

Mi General me regaló dos libros que me vinieron como anillo al dedo, y hoy hablaré del primero, Longitude, de Dava Sobel. La autora cuenta el fascinante dilema al que se enfrentaron los marinos durante siglos, intentar determinar su longitud en las cartas de navegación. Cuando Colón llegó a América, no existía ninguna manera de determinar donde se encontraba uno con respecto al Meridiano de Greenwhich. Es decir, a que distancia hacia el este o el oeste se encontraba uno de un sitio determinado. Si se podía estimar la Latitud, es decir, lo norte o sur que se encontrara uno del ecuador. Colón, cogío un punto de latitud, y navegó por él hacia el oeste, donde sin duda se hubiera encontrado a la India si el Caribe y el continente Americano no hubieran estado en el medio... Antes de volver a España, mandó construir un faro que le permitiera encontrar la isla a su regreso. Y es ahí donde se encuentra hoy el monumento conocido como El Faro de Colón, donde también yacen sus restos.

El Admiral´s Club está abierto desde las 5 de la mañana, así que ahí me he tomado un café mientras escribo estas cuatro letras. Espero hechar una cabezada en el avión, y seguramente estaré ya en Miami cuando despierte. Iré a la panadería de enfrente de mi casa, a comprar pan fresco, cruissant y napolitana de chocolate recién hecha, y desayunaremos Mimi, Andoni y yo. Luego, pasaré las fotos al ordenador, y se las enseñaré a Andoni, para que el también vea a sus abuelos...

Por la tarde, tengo que organizar un par de conferencias de teléfono de trabajo con Asia para la madrugada del lunes, hay un nuevo proyecto que entregar el viernes. Y oigo la voz de Mi Senador diciendo despectivamente: "Luterano..."

martes, 2 de marzo de 2010

El Faro de Colón (IV)

Siendo socio del Admiral´s Club, asumí que podía hacer lo que en Miami, y decir que tenía una reunión en la sala de negocios para que me dejaran entrar. Así podría acompañar a mis padres hasta la puerta de embarque, como hice hace unas semanas con Mi Senador. Sin embargo, en La República Dominicana, inmigración está según pasas seguridad. Consecuentemente, se requiere una tarjeta de embarque internacional para pasar, y te sellan el pasaporte indicando que has salido del país. Raquel me atendió en el mostrador de primera clase de American Airlines, y haciendo una excepción, consiguió hacerme pasar. Me cambió mi billete del Domingo por la mañana para el Sábado por la tarde, imprimió la tarjeta de embarque, y quedamos en que cuando me fuera a ir del aeropuerto, me pasaría por el mostrador para volver a poner las cosas en su sitio. Esa hospitalidad dominicana que tanto admiro.

Pasé unas cuatro horas más con mis padres gracias a la susodicha gestión, y a eso de las 6 pm, ellos fueron a su puerta de embarque, y yo al mostrador de American para cambiar el billete de por la tarde al de la mañana. Les pedí los nombres de los jefes de Raquel para poder mandarles un e-mail agradeciendo su gestión. Como decía mi abuela, "Es signo de ser buen nacido el ser agradecido". Le llevo café molido dominicano al "Caballero del Poni", porque no sé si lo consigue en Miami, pero desde luego nos vinieron muy bien las recomendaciones.

Vuelta al hotel, el taxista que hemos usado hoy todo el día, Luis, me estaba esperando. Le sugerí que se saque una cuenta de e-mail, como hizo el taxista que usé cuando fui a Brasil, porque así puede desarrollar su clientela de gente de negocios, y antes de viajar, le llaman para avisarle que vienen, y así facilita las cosas. Le encantó la idea, me mandará su dirección cuando la tenga y la pondré aquí por si alguno de ustedes viaja a la ciudad.

La cena en el hotel espectacular, el mero más rico que he comido hace tiempo, bonito a la parrilla, y vino blanco argentino que entró de maravilla. Bueno, a dormir, que mañana toca madrugar, el taxi de Luis me estará esperando a las 4 de la mañana, porque el vuelo es a las seis y media... buenas noches!

lunes, 1 de marzo de 2010

El Faro de Colón (III)

Esta mañana, tras un espectacular desayuno de frutas tropicales, taxi al muelle, esta vez el coche era nuevo (tendría unos 3 años), y todo funcionaba. Ahora que veo como se conduce aquí, entiendo las influencias que la inmigración a tenido en Miami. Los semáforos muchos no funcionan por los apagones eléctricos en los barrios donde mucha gente roba la electricidad. En las intersecciones, la gente se turna a cruzar de manera desordenada, pero altruista y efectiva.

En el muelle, tras esperar una hora, aparecieron mis padres a las 10 a.m. El crucero muy bien, lo mejor la comida, que tal el retoño, que tal Mimi, y taxi al hotel para dejar las cosas e irnos a comer. Mi querido amigo dominicano con el que trabajo me recomendó unos cuantos restaurantes. A él le llaman en la oficina el "Caballero del Pony (Low Rider)", porque siempre tiene la silla lo mas baja posible, y ni se le ve la cabeza cuando uno pasa por el pasillo donde está su cubículo. Comimos de lujo, langosta a la parrilla y masa de cangrejo. Esta vez, no pedí vino.

Hoy era el día de la independencia, señalando la fecha en la que los dominicanos se alzaron contra la invasión haitiana hará mas de un siglo. Vimos a la guardia presidencial de camino al restaurante, y paseamos por el malecón. Me parece la ciudad una mezcla entre un pueblo andaluz, como Écija, y Las Palmas, con sus palmeras y coches americanos. Mucha presencia colonial, tanto en la arquitectura como en los monumentos. Pasamos por el impresionante Faro de Colón. Es una construcción moderna, donde se ha hecho un museo, y que estrenó el Papa en su primera visita a la isla. Curiosamente, el Papamovil estaba enfrente del faro.

Los dominicanos, insisto, gente encantadora. Hemos vuelto al hotel a por las cosas y vamos al aeropuerto. Ya hemos pasado cuatro horas juntos, esto es vida!