jueves, 30 de diciembre de 2010

Una mala semana - Mision: Llegar a Rio (III)

Llegué a Miami a las 3:30 de la mañana, y debido al mal tiempo, era la noche mas fría en 100 años. Vine preparado, porque me cambiaron de avión, y aunque seguía estando en la salida de emergencia, me tocó ventanilla, no pasillo. Como hay menos insulación en la ventanilla, me pasé toda la noche muerto de frio, mientras que la noche anterior en el hotel me moría de calor.

Fuí a por el coche de alquiler, pero no podía salir del garaje a las 5 a.m. porque no había nadie de National Rent a Car. Fuí a buscar alguien que me ayudara, y resulta que por la noche, hay que buscar la salida de Alamo, no la de National...

Llegué al hotel a las 5:40, y a las 6, duchado, me tumbé una hora. Luego, 45 minutos de carretera a la oficina, y una día entero de entrenamiento. Con los cambios horarios, - 7 horas Paris-Chicago, +1 Chicago-Miami, +3 Miami-Rio, -3 Rio- Miami, ni sabía donde estaba, y dormí fatal.

Jueves entrenamiento todo el día, y por la noche, cena con los amigos. El viernes, trabajo por la mañana, y mientras comenzaba el picnic de navidad de mi departamento en un parque, yo estaba en el coche con un cliente haciendo teleconferencia y cerrando un negocio de consultoría en India.

Comida de prisa y corriendo, para el aeropuerto a devolver el coche, vuelo a Miami de tres horas y media, 50 minutos en taxi a casa, y por fín, a descansar. De nuevo, el cambio horario hace que me despierte cada dos o tres horas. El sábado a las 9 de la mañana teníamos una bendita sesión de fotografias con la familia de Mimi a 45 minutos de nuestra casa. Me levante de mala leche, llegué de mala leche, estuve de mala leche, y cuando volví a casa y dormí casi toda la tarde del sábado y parte del domingo, volví a ser persona otra vez.

Eso sí, llegué a mantener el estatus de Platinum cuando volé a Madrid, y este año al final termino con 65,000 millas voladas...

Eso sí, dije que iba a Rio a venderle un projecto a un cliente, y los de Bilbao cuando decimos algo, lo hacemos oiga!

martes, 28 de diciembre de 2010

A Chicago - El Piso

Llegamos tarde. La malloría de pisos mas atractivos ya se habían alquilado. En Chicago, la buena época para alquilar es justo antes, durante y tras el verano. Entre que nosotros nos mudamos a finales de Septiembre y los requerimientos que teníamos, se complicó la búsqueda...

Yo llegué con siete requerimientos:
- Balcón: para poder usar una barbacoa
- Barbacoa: para poder hacer asados al estilo argentino, me tienen muy viciado con eso. Encima, después de ir al Etxeberri, y disfrutar sus delicias culinarias a la parrilla, no veo el día en que pueda experimentar con semajantes manjares...
- Garaje cubierto para dos coches: usted me dirá con 15 grados bajo cero que hace a veces, a ver quien tiene ganas de ponerse a quitar la nieve o el hielo o ambos del coche... para luego encima entrar en una camara congeladora que tarda 5 - 10 minutos en calentarse...
- Zona céntrica, para que cuando el clima lo permita, podamos disfrutar de la ciudad y el barco
- A unas manzanas de la escuela del retoño, para que cuando haga bueno, podamos ir andando al cole y a por él
- Jacuzzi, si se puede, porque la verdad, es que es un lujo que si cuela, mira, genial
- Sin escaleras: Ni para llegar a la entrada del piso, ni para ir a las habitaciones. Con mellizas, lo que nos faltaba era andar subiendo y bajando escalores constantemente con ellas, con el riesgo de caernos y darnos todos un buen tortazo...

Michelle con tres:
- Que tenga tres cuartos
- Que no quede muy lejos de su trabajo
- Que esté en la zona céntrica

Estamos en el West Loop, a unas 15 manzanas del centro de la ciudad. Esto era antes zona de almacenes, y se venden mucho lo que le llaman "Loft". Basicamente convirtieron almacenes y fábricas en apartamentos de amplios espacios, altos techos, con el ladrillo en la parez descubierto muchas veces, y con tuberías de aire acondicionado a la vista. Honestamente, al trabajar para una empresa de logística y transporte, lo último que me apetece cuando llego a casa es tener la impresión de que estoy en uno de nuestros almacenes...

Y al final, solo tuvimos dos opciones de pisos sin escaleras para acceder nuestra entrada. Uno era un loft, que costaba unos $2300 con parking. Alguna de las habitaciones ni si quierea tenía una pared que llegara al techo, y bastante le cuesta a mi retoño irse a dormir, para que pueda oir todo lo que pasa fuera de su habitación.

La segunda opción fue un piso que estaba en venta, y que había salido y entrado del mercado de alquiler un par de veces. Al final, por $2,500 conseguimos todo lo que buscábamos. El piso es enorme, suelo de madera flotante, un balcón enorme, del tamaño de dos o tres habitaciones. El comedor-cocina-salón es también muy amplio, y como no, tiene yacuzzi...

En fin, que por unos $1,000 mas de lo que pagábamos en Miami Beach, vamos a tener un piso practicamente mas del doble de grande. Dado el clima horripilante de esta ciudad, por lo menos, cuando uno no pueda salir de casa, no se volverá loco en una casa tan grande y cómoda, espero...

Una mala semana - Mision: Llegar a Rio (II)

Al final, decidi que Lisboa era la mejor opción. Llame a mi agente de viajes, y verifiqué cual era el último vuelo de Chicago hacia Miami que podría coger, sin perder la conexión a Rio. Luego le pedí que me buscara que vuelos desde cualquier ciudad Europea llegara a Chicago dos horas antes de ese vuelo a Miami. Y finalmente, ver que vuelos había el Sábado desde Lisboa que me permitiría llegar a esa ciudad europea con vuelo a Chicago. Al final, fué París.

Mi hermana me dejó su coche, y tuve cinco horas y media para llegar al aeropuerto de lisboa y facturar. La caravana de salida de Madrid complicó las cosas, pero condujé a lo que dió el coche, y llegué con 15 minutos de mas. Mis padres me acompañaron, y pudieron luego volver con el coche. Facturé con Air France, y un par de horas después, salí para París (el vuelo salió con retraso). Pasé en el Hilton del Aeropuerto la noche del Sábado. Una habitación de lujo oiga, le dió pena al de recepción mi historia. Vuelo el domingo por la mañana a Chicago, mas cómodo volar con Air France que con American Airlines. Pasé inmigración, recogí mi maleta, y salí a encontrarme con Mimi y los niños. Pasamos 20 minutos juntos tomando un café, le entregué la maleta que había facturado, y me fuí a Miami con el equipaje de cabina. Mi madre me había lavado y planchado toda la ropa que necesitaba para cinco día de trabajo.Vuelo de tres horas y media a Miami, dos horas en el aeropuerto, y vuelo de nueve horas a Rio. 45 minutos para pasar aduanas, 45 minutos en taxi al hotel, ducha, 15 minutos en taxi a las oficinas del cliente, y a trabajar.

Si me pinchan una vena saldría mas café y adrenalina que sangre.Cena con el cliente, vuelta al hotel, y la habitación a 30 grados. Es verano en Rio oiga, pero este hotel es de los que requieren la llave de la habitación en un interruptor para que funcione el aire acondicionado. A las 4 de la mañana, dejé de sudar y pode dormir unas horas, antes de irme a la reunión de las 9.Todo el día de sesiones de trabajo, comida, y al aeropuerto, a coger el vuelo de las 11 de la noche para Miami... tres días mas y estaré en casa...

Una mala semana - Mision: Llegar a Rio

Comenzò bien la semana en Bruselas, pero ni terminó bien, ni fué un buen preámbulo para la siguiente...

Primero casi no consigo salir para Madrid por el temporal. Pero el viernes, disfruté de la familia y los amigos. Tomando algo en el var con Mi Senador, me entero de que los controladores aéreos van a ponerse en huelga no oficial.

Al día siguiente, tenía mi vuelo de vuelta a Chicago. Pasaría la tarde-noche con la familia, y el Domingo a las 10 de la mañana, tenía vuelo a Miami, pasaría allí la tarde, y luego cogería el vuelo nocturno a Rio, porque tenía sesiones de trabajo el lunes y el martes durante el día. Por la noche, vuelo de vuelta a Miami, y tres días de entrenamiento, regresando a Chicago el viernes.

Pues los controladores aéreos me complicaron mas el ajustado horario. Afortunadamente, Mi Senador me puso en contacto con una amiga del aeropuerto que el sábado por la mañana me fue avisando por adelantado si podría salir ese día o no, aunque fuera con retraso. Finalmente, varias horas antes de que se anunciara publicamente que hasta el Domingo no saldría ningún vuelo de Barajas, me dijo que me buscara una alternativa.

La questión era que podría haber volado a Bruselas directamente desde Chicago, pero por pasar un día o dos con mi familia, hice la conexión en Madrid, y ahora no podía salir del país. Y mi empresa, no entendía porque no volé directo, con lo cual, el problema de los controladores, se había convertido en mi problema personal.

Podría haber volado directamente a Rio desde Barajas el Domingo, pero eso supondría perder mi billete de avión de Chicago - Miami - Rio - Miami- Chicago. Y encima, tendría que hacer que mi empresa se gastara $2,700 en un billete Rio - Miami - Chicago. Dado que estaba en Madrid por elección propia, no podía hacerle pagar a la empresa este dinero, y menos a un mes de mi revisión anual...

¿Qué hago? ¿Me quedo esperando a ver si mejoran las cosas? ¿Me voy a Lisboa y me busco la vida para llegar a Chicago desde allí? ¿Me la juego con mi jefe, y vuelo directamente a Rio aunque le cueste $2,700 mi visita familiar?

Continuará...