miércoles, 3 de marzo de 2010

El Faro de Colón (V)

Costó mucho madrugar, porque como ayer era el día de la independencia, los fuegos artificiales y la fiesta se sintió hasta la madrugada, así que no dormí mas que un par de horas. En unas horas, veré a Mimi y a mi retoño. Luis, muy amable, me trajo algo de picar para desayunar a la puerta del hotel. El poco tiempo que he estado en esta isla y lo mucho que me ha gustado su gente. De camino al aeropuerto, pasamos por el Faro de Colón.

Mi General me regaló dos libros que me vinieron como anillo al dedo, y hoy hablaré del primero, Longitude, de Dava Sobel. La autora cuenta el fascinante dilema al que se enfrentaron los marinos durante siglos, intentar determinar su longitud en las cartas de navegación. Cuando Colón llegó a América, no existía ninguna manera de determinar donde se encontraba uno con respecto al Meridiano de Greenwhich. Es decir, a que distancia hacia el este o el oeste se encontraba uno de un sitio determinado. Si se podía estimar la Latitud, es decir, lo norte o sur que se encontrara uno del ecuador. Colón, cogío un punto de latitud, y navegó por él hacia el oeste, donde sin duda se hubiera encontrado a la India si el Caribe y el continente Americano no hubieran estado en el medio... Antes de volver a España, mandó construir un faro que le permitiera encontrar la isla a su regreso. Y es ahí donde se encuentra hoy el monumento conocido como El Faro de Colón, donde también yacen sus restos.

El Admiral´s Club está abierto desde las 5 de la mañana, así que ahí me he tomado un café mientras escribo estas cuatro letras. Espero hechar una cabezada en el avión, y seguramente estaré ya en Miami cuando despierte. Iré a la panadería de enfrente de mi casa, a comprar pan fresco, cruissant y napolitana de chocolate recién hecha, y desayunaremos Mimi, Andoni y yo. Luego, pasaré las fotos al ordenador, y se las enseñaré a Andoni, para que el también vea a sus abuelos...

Por la tarde, tengo que organizar un par de conferencias de teléfono de trabajo con Asia para la madrugada del lunes, hay un nuevo proyecto que entregar el viernes. Y oigo la voz de Mi Senador diciendo despectivamente: "Luterano..."

No hay comentarios: