jueves, 8 de julio de 2010

¿La roja rodeada de alemanes?

Fíjese usted que suerte la mía. Trabajo para una empresa alemana, y naturalmente, muchos de los jefazos son teutones, entre ellos, el Vice Presidente de mi departamento.

En la Eurocopa, antes de que Alemania se enfrentara a Turquía, le comenté a uno de ellos que si ganaban el partido, igual jugaban contra España la final. El me contestó de mala manera que España era lo que menos le preocupaba.

Como me sentó bastante mal, cuando ganamos, pedía una bandera española prestada a David, me subí a una silla, y la coloque encima de la bandera alemana que el tipo este había puesto en la pared externa de su oficina. Dado que él era un Vice Presidente Senior, todo el mundo se quedó asustado por el atrevimiento. Vamos hombre, a mi me van a tocar las narices...

Hoy invité a varios alemanes al bar cerca de la oficina a ver el partido. Al no ser tan aficionado del futbol, no compré camiseta de la selección todavía. Pero decidí ponerme la camiseta del Athletic de Bilbao, que por lo menos es roja. Aunque me queda tan apretada que parece una faja alrededor de la tripita...

Este VP Senior estaba viéndolo también, y no tardó en recordarme que el equipo Español con el que se enfrentó Alemania en la Eurocopa no jugaba tan mal como hemos jugado en esta liga. Y es que hay veces, que uno se preocupaba de si nos íbamos a clasificar o no. Y por otro lado, que el equipo Alemán estaba muy fuerte. Lo dijo de buena manera, y tenía razón, así que no me pareció mal. Le aposté una cerveza que ganábamos, y acepto.

Vino al medio tiempo, preocupado por como jugaba (o no jugaba) su equipo. Hablamos un rato, y volvió con su grupo de alemanes, y yo con el mío. Al final del partido, fui a verle, mientras él se iba marchando. Me felicito, dijo que su equipo jugó de pena, pero no aceptó la cerveza.

Estaba yo sentado con cinco alemanes, uno de ellos mi Vice Presidente. Todos se lo tomaron caballerosamente bien, me felicitaron, pero se fueron antes de que les pudiera invitar a una cerveza que seguro que les sabría amarga.

La verdad es que me han dado pena, y el que se enfrentó a mi hace dos años esta vez no me montó ninguna. No voy a poner la bandera española mañana encima de la alemana mañana. Si ganamos la final, la pondré el lunes, en la pared de mi lado de la oficina.

Al fin y al cabo, hay que ser caballeroso cuando se gana y cuando se pierde.

1 comentario:

El Perdíu dijo...

El partido de semifinales fue fantástico, y la verdad es que la selección le pegó un baño a los alemanes pero, como usted dice, hay que ser caballeroso y saber ganar. Un abrazo