lunes, 8 de marzo de 2010

Los trenes en los EEUU - R.I.P.

El domingo fuimos a ver una atracción de trenes Mimi, el retoño y yo. Le encantan los cuentos y las series animadas de Tomás el Tren, y tenían un día dedicado a esa serie en el museo de trenes de Miami. Cuando llegamos, resultó que lo único que había era una máquina de tren como la de Tomas, que llevaba los vagones que hay allí normalmente. Te subías, y te daba una vuelta de 10 minutos. Hay vagones de todo tipo, de cuando los trenes dominaban el transporte en este país. Hoy, yacen medio abandonados, pudriéndose bajo múltiples capas de pintura.

Cuando terminamos, la tienda adyacente con juguetes de Tomás era mas grande que cualquier otro área de la atracción. Me puse a observar los trenes y vagones del museo, y me di cuenta de que así como en Europa el tren es una apuesta de futuro, aquí es una apuesta del pasado.

Por ejemplo, tengo que ir California a una reunión de trabajo el mes que viene. Como viajar en tren produce 50kg de Co2 por cada 1,000 millas, y el avión produce 512kg, pensé que ir en tren sería mas responsable. Siempre puedo trabajar por el camino y usar una tarjeta 3G. Si el avión tarda seis horas en hacer las 2,500 millas, el tren tarda 5 días. Tras recorrer la costa Este me llevaría un tren a Washington, otro a Chicago, y el último a San Francisco. En Europa, la distancia equivalente se haría en unos dos días.

El tren permitió que los EEUU se expandieran, pero por razones que desconozco, fueron sustituidos este siglo por el coche y los aviones. No entiendo de estrategia militar, pero si he leído que fomentando las aerolíneas, se pretendía mantener estable la industria aerospacial, y sus avances en el sector de la defensa. También leí que las primeras autopistas que cruzaron el país lo hicieron con la idea de facilitar la movilidad de las tropas ante un posible ataque nuclear. Pero que cada uno saque sus conclusiones, o mejor aún, que comparta sus opiniones. Lo que si considero, es que en este país, el tren solo busca un pasajero, y es el que le escriba el epitafio.

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