domingo, 7 de marzo de 2010

Vecinos de los maderos

Es dura a veces la convivencia con un vecino. Crecí frente a jefatura de policía de Bilbao, y la verdad es que me acabó cansando. Me hubiera ocurrido igual si hubiera sido la jefatura de la ertzaintza, o el Corte Inglés.

Primero, cada mañana, cuando levantaba la persiana, lo primero que veía era la bandera de España ondeando a la altura de mi balcón, a 25 metros escasos de mi ventana. Me imagino que hubiera sido el sueño de un facha. Por mi, podría haber sido la ikurriña, y me hubiera cansando igual. 20 años viendo los mismos colores todas las mañanas, dejando política a parte, la verdad es que se hace pesado. Y el que no esté de acuerdo pero no lo haya vivido, que haga el experimento y que luego me cuente. Me hubiera pasado lo mismo con la ikurriña o una bandera del Athletic de Bilbao.

Había maderos en cada esquina 24 horas al día, con el chaleco antibalas y la metralleta colgando. Por la noche, me depertaban sus cambios de guardia, los gritos que daban, o el graciosillo que se ponía a silvar a las dos de la mañana. Vente y dile algo…

Nunca podíamos aparcar enfrente de casa, lo hacían con razón, para evitar coches bombas, y era un coñazo ir a pedirles permiso para descargar el coche cada vez que veníamos de un viaje largo. Los guardan pertenecían a distintas formaciones que iban rotando varias veces al año, y cada grupo tenía su propio pañuelo. Cuando había pañuelo nuevo, había que avisarles, o te venían corriendo con la metralleta lista para re-decorar la carrocería del coche.

Por otro lado, siempre era consciente de las distintas maneras en las que podría morir:

- Volviendo de Escolapios, pasaría cerca de uno de los guardias, y algún etarra de mierda le daría por cargárselo en ese momento, y uno de los tiros, el de la cabeza o los dos al pecho, me podrían matar a mi. Con lo cual, siempre evitaba la acera de jefatura, y solo iba por la mía.

- Entrando o saliendo del portal, que estallase una bomba enfrente de jefatura, y adiós buenas noches. No había manera de evitarlo.

- Que un día corriendo a casa, o haciendo ruido en el balcón, un madero nervioso soltara una ráfaga con la metralleta. Con lo cual, casi nunca corría en frente del portal de mi casa, y nunca hacía cosas sospechosas en los balcones. Bueno, nunca nunca… luego contaré la excepción.

La ventaja era que el barrio de Indautxu, quizás porque era una buena zona, o por jefatura, era muy tranquilo y jamás experimenté ningún atraco, robo, etc… Por otro lado, durante unos años, no llevé carnet de identidad, y siempre que bebía de mas (mas habitual de lo usual, creo yo), recordaba que si me paraba un control, se verían forzados a llevarme a jefatura para comprobar mi identidad, y me ahorrarían el camino a casa. Nunca sucedió…

En fin, cada vez que vuelvo al piso de Bilbao, y veo la bandera y la azotea de jefatura, pienso en lo difícil que es a veces vivir con los vecinos, y es cuando realmente aprecio la vista de mi piso de South Beach, donde veo la bahía, y no hay edificios enfrente!

2 comentarios:

Unknown dijo...

Estimado General:

Me he perdido un poco en su discurso, incluso en algunas me recuerda a esas equiparaciones que hace el PNV entre terroristas y el resto de personas que viven según el Estado de Derech. Su tercera suposición, cuando dice que tenía miedo a volver a casa, pues la verad no la entiendo, creo que en la España democrática, se podrán contar con los dedos de una mano, y creo que sobrarían, las personas que han muerto a manos de un "madero nervioso", pero lamentablemente tendríamos que juntar muchas manos para contar las víctimas de ETA.
En cuanto a lo de que corrieran nerviosos cuando el coche estaba dónde no le correspodía, pues la culpa vuelve a ser del los asesinos que obligaban a estar en guardia a los Policías Nacionales de esa comisaría. Le pondré un ejemplo, vivo en un sitio relativamente pequeño y en los 90 era aún más pequeño, todo el mundo (incluidos los Guardias Civiles) conocían mi coche, pues bien una vez intenté dejarlo mal aparcado, en un lugar prohibido y próximo al Cuartel de la Guardia Civil, estos salieron nerviosos. "Pero si me conocer perfectamente" dije yo "Ya pero no sé quién puede haber puesto algo en tu coche o robartelo para aparcarlo ahí"... es solo para su reflexión.

Un abrazo

rebolloa dijo...

Estimado coronel, encantado estoy de que el PNV no gobierne y por fín se plante cara a ETA y a su entorno. No me cabe duda de que fueron ellos los envenenaron y enrarecieron el entorno en el que crecí, mas visible aún al vivir frente a jefatura de policía. Eso tuvo unas consequencias que viví desde joven y que me limito a describir.

Respecto al policía nervioso, no se si usted fue policía y le tocó servir en el País Vasco, pero le aseguro que con razón, desafortunadamente, suelen estar nerviosos. Solo hay que verles vestidos de uniforme, fácilmente reconocibles por "los malos". De hecho, uno de los mandos de jefatura de policía que tenía buena relación con mi familia, fué el que nos comentó el que evitáramos movimientos bruscos. Le preocupaba que alguno de los policías nuevos que le tocaban cada cierto número de meses, con la tensión, se le fuera el dedo al gatillo. Una pena, no hay duda. Seguro que la historia de los maderos y los picoletos es mucho mas dura, pero me corresponde a mi contarla porque no la he vivido.