sábado, 26 de diciembre de 2009

Nuevos mercenarios vuelven al viejo negocio (I)

Decían filósofos griegos que los tres pilares del gobierno son la legitimidad de cara a sus constituyentes, la existencia de leyes, y la habilidad de hacer que se cumplan.

Cuando una de sus ciudades se enfrentaba a otra ciudad, no tenía reparos en usar mercenarios. Con el tiempo, sin embargo, el uso de los mercenarios, sobre todo en el siglo XX, se convirtió en una anomalía mas que una forma de hacer la guerra. Los conflictos eran entre grandes naciones y sus ejércitos de ciudadanos reclutados, o entre bloques políticos, apoyando a sus aliados, de nuevo, con sus ejércitos.

El caso de las ocupaciones de Irak y Afganistán por parte de los EEUU, ha mostrado hasta que punto se ha privatizado la defensa. Cuando los EEUU invadieron Iraq, esperaban que los iraquíes se pusieran inmediatamente de su lado. Desarticularon el sistema militar y civil, con la idea de reemplazarlo con algo mas democrático y de corte estadounidense, e ignorando costumbres o alianzas tribales. Para su sorpresa, no todos los iraquíes les apoyaron, iniciándose una violenta resistencia por varias facciones que atenuada, todavía continúa hoy en día. Irak se encontró entonces con un gobierno que no todos consideraban legítimo, sin leyes, y cuando las hubo, sin manera de que se pudieran hacer cumplir.

En ese momento, había dos aparentes posibilidades. O se retiran las tropas y se dejan las cosas como han quedado, o se reúnen mas tropas para estabilizar el país. Pero una guerra ideológica en otro continente que demande una leva, hace que pierda todo su atractivo, como ocurrió en Vietnam. La solución es simple, el uso de mercenarios, donde el gobierno usa nuestros impuestos, en lugar de nuestros hijos e hijas. Claro, que los mercenarios, también tienen padres, pero las muertes de los soldados son consideradas mas honorables, trágicas, y mas relevantes para medir el pulso de un conflicto. ¿Será que las guerras se han convertido en el pan de la industria de la defensa, que los políticos alimentan negocio donde los políticos regalan contratos a la industria de la defensa, sin importar la relevancia de la opinión? Y decía Dwight D. Eisenhower, durante su discurso sobre el complejo militar industrial:

“Our military organization today bears little relation to that known by any of my predecessors in peacetime, or indeed by the fighting men of World War II or Korea.
Until the latest of our world conflicts, the United States had no armaments industry. American makers of plowshares could, with time and as required, make swords as well. But now we can no longer risk emergency improvisation of national defense; we have been compelled to create a permanent armaments industry of vast proportions. Added to this, three and a half million men and women are directly engaged in the defense establishment. We annually spend on military security more than the net income of all United States corporations.
This conjunction of an immense military establishment and a large arms industry is new in the American experience. The total influence -- economic, political, even spiritual -- is felt in every city, every State house, every office of the Federal government. We recognize the imperative need for this development. Yet we must not fail to comprehend its grave implications. Our toil, resources and livelihood are all involved; so is the very structure of our society.”
Me pregunto que diría ahora...

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